El camino hacia un transporte europeo más sostenible

El futuro del transporte de mercancías por carretera en Europa está íntimamente ligado a la sostenibilidad. De ahí que las administraciones europeas estén impulsando acciones con el objetivo de contar con infraestructuras eficientes que faciliten el mercado interior y la cohesión territorial, económica y social, como base para acelerar el cambio hacia un sistema de transporte, tal y como se marca desde la Unión Europea, “más respetuoso con el medio ambiente, digitalizado, resistente, justo y competitivo”. 

Una red transeuropea de transporte para una movilidad más sostenible 

Se trata de una meta que viene de lejos. En 1996, se dio el primer paso con la decisión de adoptar el TEN-T (Trans European Transport Network), un conjunto de redes de transporte prioritarias pensadas para facilitar la comunicación de personas y mercancías en la Unión Europea.  

La finalidad de TEN-T, cuando esté completa en 2030, es ayudar a cumplir las directrices del Pacto Verde Europeo y de la Estrategia de Movilidad Sostenible de la Unión Europea. De ahí que, en su revisión más reciente, centre sus objetivos en el cumplimiento de las propuestas sobre el cambio climático y el aceleramiento de la digitalización del transporte

En este sentido, el Consejo de la Unión Europea ha actualizado recientemente las conclusiones sobre su estrategia de movilidad para que se acelere el cambio hacia un sistema de transporte sostenible. El objetivo es conseguir para 2050 una Unión Europea neutra desde el punto de vista climático y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países miembros de al menos el 55% para 2030. 

El Pacto Verde contra el cambio climático 

Estas directrices vienen marcadas por el Pacto Verde Europeo o “Green Deal”, la herramienta comunitaria de lucha contra el cambio climático, que busca una economía limpia y con cero emisiones. El ambicioso propósito de fondo es conseguir que la Unión Europea lidere la acción climática en todo el planeta. 

Esta hoja de ruta incluye 50 puntos que giran en torno al impulso del uso eficiente de los recursos y abarca todos los sectores de la economía, aunque hace hincapié en los que producen más emisiones: energía, industria y transporte.

En este sentido, el Pacto Verde Europeo promueve el uso de transportes más limpios y eficientes para reducir las emisiones. De ahí que se quieran intensificar los esfuerzos para reducir el consumo y dependencia de combustibles fósiles en los medios de transporte.  

En lo que afectaría a vehículos pesados, la Comisión Europea empezó a trabajar en 2018 en una normativa sobre emisiones de CO2 que implicaría adoptar en 2025 una reducción del 15% de las emisiones de 2019 y, para 2030, una reducción de al menos un 30%. 

El camino pasaría por eliminar de manera progresiva las ayudas para combustibles fósiles, fomentando como contrapunto la inversión en el desarrollo de energías alternativas. Entre estas, aparte de la electricidad, el hidrógeno y algunos gases fósiles (gas natural comprimido, gas natural licuado y gas licuado del petróleo), están los biocarburantes como el bioetanol, el biodiésel y el biometano.  

Europa tiene un parque de camiones obsoleto 

¿En qué punto nos encontramos hoy en día? La realidad nos habla de un parque de camiones muy envejecido. En la actualidad, únicamente 2.300 camiones ‘cero emisiones’ están en funcionamiento, apenas un 0,04 % de los 6,2 millones de vehículos comerciales ligeros y pesados que operan en la Unión Europea.  

Por ello, tal y como señala la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), es necesario multiplicar por 100 el número actual de camiones eléctricos para cumplir con los objetivos de emisiones de dióxido de carbono en 2030. Algo que consideran factible aumentando su oferta, pero que no pueden llevar a cabo solos ya que supone un cambio radical de paradigma. De ahí que miren hacia las administraciones para pedirles un marco legal adecuado y el despliegue de más puntos de recarga eléctrica y estaciones de hidrógeno

Los viajes en vacío, el talón de Aquiles del transporte 

Otra asignatura pendiente que tiene el transporte para mejorar su eficiencia es la reducción de los kilómetros en vacío, no en vano se estima que el 25% de camiones que circulan por Europa lo hace sin carga. 

Lo habitual es que una empresa de una región tenga más rutas de salida que de vuelta a casa. Por ejemplo, una empresa de Barcelona que tiene 10 cargas diarias fijas con destino a Lyon seguramente no tenga la misma cantidad de cargas en la ruta inversa. Por otro lado, es muy probable que haya una empresa en Lyon con rutas a Barcelona a quien le ocurra lo mismo. La realidad es que los camiones de estas empresas se cruzan por la autopista yendo ambos vacíos. 

La optimización de rutas es un factor clave para el ahorro de combustible, la reducción de emisiones y para un funcionamiento eficiente de la empresa de transporte. Es aquí donde entran en juego las bolsas de cargas como Wtransnet, que a través de su plataforma online conecta la oferta y la demanda de capacidades. Tener acceso a esta información permite gestionar la actividad diaria de la empresa de un modo más sostenible, contando con múltiples alternativas para la contratación, reduciendo así los kilómetros en vacío. 

Sea como sea, la preocupación por el futuro medioambiental ha dejado de ser una utopía para convertirse en un objetivo europeo común con plazos y actuaciones bien definidas. En los próximos años, comprobaremos el grado de compromiso de las administraciones y del resto de actores implicados y si las bases sentadas hoy se traducirán en un transporte de mercancías por carretera plenamente sostenible mañana. 

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