El ejecutivo francés vuelve a retrasar la entrada en vigor de la Ecotasa, que inicialmente estaba prevista para el pasado mes de julio y que, tras sucesivos aplazamientos, tenía que entrar en vigor en enero de 2014.
Hace unos días leíamos en cadenadesuministro.es la noticia donde se barajaba la posibilidad de un aplazamiento hasta verano de 2014 “una vez se hayan apaciguado los ánimos y celebrado elecciones”. En este sentido, Ricardo Ochoa de Aspuru, director de cadenadesuministro.es, argumenta que “los sucesivos retrasos en la implantación de la Ecotasa responden a un problema de índole política”, a pesar de que los primeros aplazamientos se dieron debido a problemas técnicos y al bajo nivel de camiones registrados y equipados con el sistema de geolocalización para su recaudación.
Vista la complejidad del tema, hemos querido analizar primero en qué consiste la Ecotasa y el origen de la problemática.
La ecotasa y su objetivo
Según analiza el investigador Mohcine Bakhat, de Economics for Energy, en su artículo Las Dificultades en la Implementación de la Ecotasa en Francia, la primera vez que se habló a favor del impuesto sobre los vehículos pesados en Francia fue en 2006. Concretamente fue una propuesta del por aquel entonces Ministro del Interior y de la Ordenación del Territorio, Nicolas Sarkozy. El impuesto gravaría los vehículos pesados de 3.5 toneladas o más, nacionales y extranjeros, que circularan por la red de carreteras francesas gratuitas. Su objetivo era incentivar a los transportistas a utilizar rutas más cortas o menos contaminantes para financiar de este modo infraestructuras como el ferrocarril y el transporte fluvial.
Este canon se repercutiría sobre los cargadores y no sobre los transportistas, teniendo en cuenta los tipos de vehículos y las particularidades de cada región. De hecho, desde el principio se anunciaron reducciones para vehículos que operan en zonas consideradas periféricas como Bretaña.
¿Cómo funciona el cobro de la Ecotasa?
Se calcula que la Ecotasa, si llega a ser efectiva, afectará a 800.000 camiones, 200.000 de ellos extranjeros. Para el pago de la tasa, los camiones deben llevar un sistema de localización vía satélite que permite el cobro automático al paso del vehículo por los puntos de control desplegados por la red de carreteras.
El conflicto en Bretaña
El primer ministro francés, el socialista Jean Marc Ayrault, ha anunciado la suspensión (no la supresión definitiva) de la Ecotasa “para seguir dialogando» tras reunirse con las autoridades bretonas a raíz de las violentas manifestaciones acontecidas en las últimas semanas en contra del proyecto.
El argumento principal de los detractores es que Bretaña es una de las zonas más remotas de Europa y, sin embargo, más expuestas al impuesto ya que poseen pocas autopistas de pago (exentas de la Ecotasa), dando lugar a viajes más largos y, por lo tanto, con un coste más elevado en transporte. Otro problema que se pone de manifiesto es que la economía bretona se basa esencialmente en la industria agroalimentaria, un sector en crisis y fuertemente supeditado al transporte de mercancías.
El gobierno francés había rebajado ya para los bretones el gravamen a 6,5 céntimos/km, en lugar de los 13 céntimos/km que se pagarían de promedio en el resto del país (salvo alguna excepción en el sur de Francia) pero aún así han presentado una fuerte oposición al proyecto teniendo como consecuencia la suspensión de su aplicación.
Para conocer el tema con más profundidad y las repercusiones que va a tener en el sector del transporte español, hemos hablado con varias publicaciones especializadas.
Louis Guarino, periodista de l’Officiel des Transporteurs, el diario de referencia del sector del transporte y la logística en Francia, no cree que vaya a ser posible su aplicación para el próximo verano: “Hay otras regiones que se han sumado a la protesta de Bretaña. El sector vive en estos días una especie de revolución y no sólo los transportistas están determinados a impedir que se apruebe la Ecotasa, sino que otros sectores igualmente afectados, como el agroalimentario, y personas en contra de la política económica que está llevando a cabo el gobierno, también se han mostrado rotundos en su oposición ”.
A la pregunta sobre cómo se explica un rechazo tan contundente, Guarino apunta que la nueva norma, en sí, no es tan criticable, ya que con ella se pretende potenciar el desarrollo de un transporte menos contaminante y la inversión en nuevas infraestructuras. El problema viene cuando se suman muchos impuestos en “un contexto económico difícil en el que el gobierno francés ha impuesto un plan de austeridad”.
Cómo afecta la Ecotasa al transporte español
Fenadismer (Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España) ha manifestado su rechazo ante la Ecotasa francesa dado que España será uno de los países más afectados, teniendo en cuenta que la mayoría de transporte internacional que se da en nuestro país con origen o destino en la Unión Europa debe utilizar obligatoriamente la red viaria francesa, por donde se calcula que circulan 100.000 camiones españoles.
En este sentido, Javier Baranda, Director de Transporte Profesional, considera discriminatorio el sistema establecido en la normativa, que permite repercutir la tasa al cliente cargador, ya que esto deja fuera de aplicación a los transportistas cuyos clientes no sean franceses, lo que a la práctica ocurre en la mayoría de servicios que realizan los transportistas españoles: “Aquellos que no contraten directamente con clientes franceses no podrán deducirse dicho impuesto y los cargadores españoles difícilmente asumirán el incremento del porte que supondrá la Ecotasa”. Este hecho romperá, una vez más, la pretendida unidad de mercado que se supone debería existir en la Unión Europea, donde todas las partes tendrían que poder competir en igualdad de condiciones”.
Lo único seguro hasta el momento, según nos indica Ricardo Ochoa de Aspuru de cadenadesuministro.es, es que la Ecotasa no se implantará según lo previsto en enero y que la solución de retirar el proyecto no resulta tan sencilla: “Los compromisos adquiridos por el Gobierno francés con el consorcio Ecomuv, constituido ex profeso para la gestión de la recaudación del impuesto, junto con la fortísima inversión realizada en la construcción e instalación de los pórticos y terminales de control hacen imposible una renuncia definitiva”.