De profesión, camionera. Cada día más mujeres al volante (2)

Hace unos días celebrábamos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora junto a todas las mujeres transportistas de este país. Siguen siendo minoría pero a pesar de ello cada vez nos resulta menos extraño ver una mujer detrás del volante de un camión.

 

 

De hecho, en 2012 la asociación estadounidense ‘Women in Trucking‘ publicó un estudio junto a Volvo Trucks sobre la presencia de la mujer en el sector del transporte por carretera. El estudio cifraba que en Europa el 1% de los conductores de camión son mujeres, un porcentaje irrisorio si lo comparamos con sus colegas masculinos que también encontramos en otras partes del mundo. El estudio desprende que el país europeo con más mujeres dedicadas a la conducción de camiones es Suecia, con un 3% de mujeres al volante, seguido de Reino Unido (2%) y Dinamarca (1%).

En EE.UU el porcentaje de mujeres asciende al 5% de los 3,2 millones de conductores de camiones que circulan por las carreteras norteamericanas, un caso paradójico si tenemos en cuenta que en este país existe un déficit de mano de obra en el sector.
Pero ¿cómo accede una mujer a un empleo tradicionalmente masculino? Desde fuera cualquier persona puede pensar que no tiene que resultar fácil. Vivimos en una sociedad que todavía no ha logrado liberarse de ciertos tópicos. Para comprobarlo, nos dirigimos a varias profesionales del transporte que sorprendentemente nos han desmontado algunos mitos sobre el machismo en el camión.
Este es el caso de Isabel Guardia, de 44 años, madre de dos hijos y casada con un camionero autónomo. Nos cuenta que, aunque es técnico de imagen y sonido, por circunstancias de la vida tuvimos que tomar una decisión que suponía cambiar el estar mi marido siempre fuera, a dormir todos los días en casa y estar con sus hijos. Desgraciadamente no salieron las cosas como esperábamos y tuvo que volver a la ruta, pero como ya habíamos comprado el camión decidí sacarme el carnet e intentar darle provecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Isabel Guardia

Hace ocho años que se subió a su tráiler con grúa para primero hacer cercanías y luego ruta como su marido. Los dos son autónomos, no trabajan para nadie en exclusiva pero sí que tienen sus propios clientes desde hace muchos años: Mi marido lleva en el oficio desde que lo conozco y nos hemos ganado la confianza de agencias y transportistas con los que trabajamos, la gran mayoría de ellos contactados en Wtransnet.

Le preguntamos qué significa para ella ser camionera. No duda ni un segundo y responde: Es un orgullo, un oficio de responsabilidad tanto en la carretera como con la empresa que me contrata. Es un trabajo duro, sobre todo por estar lejos de cas.  Actualmente no compensan tantos quebraderos de cabeza, certificados de todo tipo, papeleo, el gasoil cada vez más caro, los precios cada vez más bajos, los impuestos, los impagados, etc.

Pero no todo son lamentos para esta tarraconense. Le gusta su profesión y se le nota. Nos explica que le ha ayudado a conocer a mucha gente: conversaciones aunque sean por teléfono, anécdotas, risas. A mí todo eso me enrique como persona.

Isabel es categórica cuando le preguntamos sobre el machismo en el camión: Quizás haya tenido suerte, pero siempre me han tratado bien, nunca me he sentido discriminada por ser mujer y los compañeros de profesión siempre me han ayudado si lo he necesitado. Si alguien ha podido pensar que este era un mundo machista, por mi parte, no puede estar más equivocado.

Aunque sorpresas sí que se han llevado más de uno. Nos cuenta Isabel que en algunos sitios para cargar o descargar le llaman por teléfono y le suele pasar que al contestar una mujer le cuelgan el teléfono diciendo Perdone, me he equivocado. En la segunda llamada, tengo que apresurarme a decir que soy yo la que llevo el camión antes de que me cuelguen de nuevo, nos dice riéndose.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ainhoa Egaña
Esta otra mujer con agallas es Ainhoa Egaña, una vizcaína de 34 años.  Es la primera camionera de su familia y ya son casi 8 años al frente de un camión. Le preguntamos cómo acabó siendo camionera y contesta categórica: ¡Por bocazas! El por aquel entonces mi jefe llevaba días diciendo que necesitaba un chofer de camión así le dije que, si me pagaba el carnet, yo me lo sacaba. Dicho y hecho, a la semana de decirle eso ya tenía el camión allí. ¡A ver quién era la guapa entonces que le decía que no!

De esa empresa Ainhoa pasó a la actual, que se dedica a la recogida de neumáticos fuera de uso. Nos explica que lo ha tenido fácil: Todo vino rodado, se ríe y añade: Me consta que a otras compañeras del gremio les ha costado algo más porque, aunque poco a poco haya más camioneras, aún hay algo de machismo en el sector. Siempre parece que tenemos que demostrar más. A pesar de todo, añade que con los compañeros siempre se ha llevado bien, aunque haya podido tener algún roce con alguno siempre ha procurado sacarle el lado positivo a las cosas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ainhoa Egaña

Para mi ser camionera no es sólo sentarse y conducir, que es lo que la gente piensa que es. Es el trato con la gente, la aventura del día a día, cargar, descargar, usar la grúa, enganchar o desenganchar. ¡A mí todo eso me da vidilla!

Ainhoa lamenta que en España no se fomente, del mismo modo que en EEUU y Suecia, el acceso de la mujer a esta profesión: Cada vez hay más mujeres en paro y somos tan válidas como los hombres para hacer este trabajo. Solo necesitamos que alguien nos dé la oportunidad de demostrarlo.

Precisamente el cometido de ‘Women in Trucking’, fundada en 2007 y que cuenta con más de 2.000 miembros, es que la presencia de la mujer en el sector esté cada vez más normalizado y que el caso de Isabel no sea tan anecdótico. La organización ha puesto en marcha diversas estrategias para acrecentar la presencia femenina en el sector. Una de estas medidas es el desarrollo de una serie de guías con indicaciones sobre cómo las compañías de transporte pueden atraer a más mujeres para formar parte de su plantilla.

La presidenta y fundadora de de ‘Women in Trucking’, Ellen Voie, declaraba que lo más importante es que las empresas de transporte y sus empleados masculinos reconsideren sus creencias y dejen atrás una cultura centrada en los hombres en este sector. “Todavía es muy frecuente que las mujeres se sientan acosadas por sus compañeros de género masculino y que se sientan inseguras en sus paradas. Estamos trabajando para que esto cambie», añadía Ellen Voie.