El Brexit en el horizonte: el cuento de nunca acabar

Ya han pasado más de tres años desde que Reino Unido aprobara en referéndum su salida de la Unión Europea y la situación sigue en el mismo punto que entonces. Un escenario en el cual, lo único que se da como seguro (aunque en realidad ni siquiera esto está garantizado al 100%) es que más pronto o más tarde Gran Bretaña hará efectivo el ‘Brexit’.

En junio de 2016, desde Wtransnet ya analizamos las posibles repercusiones que el Brexit podría tener para el transporte de mercancías por carretera. A día de hoy, seguimos con las mismas incógnitas. Han sido varias las fechas límites establecidas para una salida convenida de la UE, pero hasta el momento todas se han visto abocadas a prórroga. La última se concedió hace apenas unos días, cuando parecía inminente un ‘Brexit duro’ o sin acuerdo.

Una de las personas que más nos puede contar sobre la evolución del Brexit y cómo puede afectar en el futuro más cercano al transporte por carretera es Ramón Valdivia, Director General de ASTIC (Asociación de Transporte Internacional por Carretera). En una reciente conversación con él, nos ha transmitido cierta calma, ya que hace tiempo que desde las dos partes implicadas se ha venido trabajando para que no se produzcan problemas de ningún tipo, sea cual sea el escenario de salida “ya que no podemos descartar por completo una salida ‘a las bravas’”.

De momento, ya se han solucionado las cuestiones “relativas a permisos de conducción, habilitaciones profesionales, pesos y dimensiones, vigilancia y sanciones, etc.” Lo mismo sucede con los cupos bilaterales, uno de los temas que más preocupaban, o los permisos CEMT. Y como bien señala Valdivia“no parece que haya voluntad por ninguna de las dos partes de ‘estropearlo’.

Los problemas para el transporte por carretera vendrían por otro lado, la cuestión aduanera. “La existencia de una nueva aduana entre el Reino Unido y los estados miembros de la UE afectará a los bienes que transporten y a los propietarios de dichos bienes, así como a las entidades que los envíen y los reciban.” Subraya Ramón Valdivia.

Esa es la cuestión que, según el director general de ASTIC, puede causar quebraderos de cabeza burocráticos, retenciones y bloqueos en el tránsito aduanero. Aquí es donde reside el principal miedo de todos los implicados a una salida abrupta, ya que este escenario nos abocaría, según Valdivia, a “un caos enorme del que llevará tiempo salir”. Por el contrario, un acuerdo implicaría una realidad menos dura, en la cual los nuevos plazos de adaptación para que todos aprendamos el nuevo modelo deberían ser suficientes. De todos modos, Valdivia tiene claro que incluso en el mejor de los casos “los transportistas por carretera se verán afectados en cuanto a tiempos de espera y a complicación burocrática”.

Valdivia hace asimismo hincapié en la cuestión relativa a la evolución de los volúmenes de mercancías que crucen la frontera. En este punto, es importante poner de relieve que son aproximadamente 5 millones los vehículos pesados que cada año atraviesan el Canal de La Mancha desde Francia. No son pocos los que proceden de España, ya que Gran Bretaña es el quinto país de destino de los transportistas de nuestro país, representando más de un 8% del total de toneladas-kilómetros. El Brexit podría hacerlos caer debido al encarecimiento que supondrán esta nuevas “tasas fiscales sobre los bienes importados o exportados”. Esto podría tener a su vez como efecto que “se encontraran fuentes alternativas de producto, repercutiendo en un menor volumen de mercancías” Un escenario, por lo tanto, en el que disminuiría la oportunidad de negocio de las empresas que se dedican a moverla.

Se daría entonces la situación de una cada vez menos atractiva estrategia de envío de camiones con mercancía al Reino Unido, así como su regreso también cargados. Es una de tesis de Valdivia, quien cree además que “seguramente un cambio de modelo acabe imponiendo que se haga un mayor uso, quizá hasta generalizado, del tráfico embarcado sin vehículo motriz (y sin conductor)”, produciéndose por lo tanto un giro de 180 grados en la actual relación comercial entre las dos partes.

En cualquier caso, sin importar la manera en la que se produzca el Brexit, no pillará tampoco por sorpresa a las administraciones, que ya están tomando medidas para disminuir los riesgos. El Ministerio de Fomento y la Dirección General de Aduanas de la Agencia Tributaria han organizado por ejemplo jornadas informativas sobre este asunto, y se han habilitado espacios informativos con guías y dirección de correo electrónico para dudas y consultas.

El objetivo en definitiva es garantizar la fluidez en los tránsitos, algo que también han empezado a abordar otras naciones comunitarias de nuestro entorno como Francia, que ha diseñado un sistema de frontera inteligente capaz de canalizar de manera ágil todo lo que implica el tránsito internacional de mercancías a través de un sistema inteligente de códigos de barras para efectuar una evaluación aduanera previa.

El Brexit no beneficia a nadie a nivel de transporte de mercancías, pero tomando las medidas adecuadas se puede dulcificar este cambio de paradigma en el tránsito por carretera en el viejo continente.

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