En una época en que las ayudas al cese de la actividad en el transporte están a la orden del día y en la que el número de empresas de transporte fluctúa tímidamente mes a mes, según los datos aportados por el Ministerio de Transporte en su Registro General de Empresas de Transporte por Carretera, es raro encontrarse con nuevos emprendedores en el sector.
Más anecdótico si cabe es que quienes decidan emprender en el transporte sean jóvenes, de ahí que cuando conocimos a José de Transvolando SL y Rodian de Global Arion Logistics SL en unas jornadas formativas de la Fundación Wtransnet en Madrid en seguida nos llamara la atención su historia.
Rodian tiene 24 años, nació en Moldavia y desde el 2001 reside en Madrid. Nos cuenta cómo se metió en el transporte bajo la atenta mirada de Cristina, su mujer, también moldava e igualmente joven. Recientemente han sido padres, dos proyectos de vida, el bebé y la empresa, para los cuales comparten responsabilidades por igual.
“Mi padre era repartidor y llevaba tiempo en paro. Yo estaba estudiando para protésico dental y compaginaba mis estudios con un trabajo de operador de tráfico en una empresa de transporte. Decidí crear la empresa para ayudar a mi padre ya que si era capaz de encontrar cargas para la flota de un gran operador logístico, ¿cómo no iba hacerlo para la furgoneta de mi padre?”, nos explica Rodian.
Dicho así parece fácil y de hecho Rodian no piensa en las dificultades que tuvo para iniciar la actividad: “Nunca vi dificultades porque tuvimos el apoyo de nuestra familia, además de una línea de crédito ICO que nos permitía financiarnos a un interés más bajo”. Compraron vehículos de segunda mano porque su padre es mecánico y pudo ocuparse de la puesta a punto y de las reparaciones que requiere un camión de estas características. Pero ante el optimismo de Rodian, entra Cristina en acción con una buena dosis de realidad:
“No fue todo tan fácil, ya que a dos meses de la compra de nuestra primer furgoneta, nos la robaron y sin tener el vehículo tuvimos que devolver céntimo a céntimo el crédito que habíamos pedido”.
2 años después de la constitución de la sociedad y tras sortear las dificultades a las que se enfrenta cualquier pyme de transporte española, sobre todo con la dilatación de los plazos de pago, “¡En España se paga muy tarde!”, protesta Rodian, la empresa cuenta a día de hoy con 2 furgonetas, un camión carrozado y un camión de lona.
En la oficina son 5 personas pero quien lleva la voz cantante es Catherina, la hermana de Rodian, que es quien se ocupa del tráfico: “Somos especialistas en express porque se paga mejor que el grupaje pero aunque nos movíamos con el reparto local y alguna ruta internacional hacia Alemania, hemos conseguido clientes fijos para transporte nacional gracias a Wtransnet”, afirma.
En breve inaugurarán una pequeña nave en Valdemoro donde quieren llevar a cabo también actividades de almacenaje para la distribución local. Aunque de momento no se plantean ampliar la flota, parece que nada les asusta. De hecho tienen claro lo que tienen que hacer para seguir creciendo. Su experiencia en Alemania con clientes muy estrictos con temas de certificación y compliance, en línea con la filosofía de Wtransnet, les da dado pistas:
“Queremos certificarnos como transportistas para ser visibles ante los cargadores: somos pequeños y no tenemos fuerza para la negociación de ahí que busquemos diferenciarnos”, concluye Rodian.
Sin tiempo para más y tras un recibimiento de lujo en el local de los padres de Cristina, que hace las veces de oficina, nos vamos a ver a otra pareja de jóvenes emprendedores: José y Tania de Transvolando SL.
Nos reciben en su piso de Entrevías, donde tienen instalada la oficina: “Perdona que te recibamos en casa, pero acabamos de empezar y lo cierto es que no nos hace falta ningún local”, nos comenta José excusándose.
José y Tania, de 30 y 27 años respectivamente, están al frente de la empresa aunque ninguno de los dos tenía experiencia previa en transporte. Decidieron abrir la empresa hace poco más de un año empujados por los hermanos de Tania que sí que se dedican al sector. Como la pareja anterior, también son padres de una niña y no les ha temblado el pulso a la hora de emprender:
“No ha sido un año fácil pero trabajo no nos ha faltado. Lo que más miedo me daba – dice José -, era que no me dieran cargas por no conocerme pero ser asociado de Wtransnet me ha abierto muchas puertas”.
Lo cierto es que la progresión de Transvolando SL en un año da vértigo: ahora cuentan con una flota de 5 camiones, dos de ellos de alquiler para asumir picos de trabajo, y 3 conductores asalariados. Desde hace poco, además, han empezado a ofertar cargas en la bolsa.
A la hora de emprender han echado mano de ahorros ya que, según nos dicen, no existen ayudas salvo las bonificaciones clásicas como autónomo societario durante el primer año y para acceder a los créditos ICO “se necesitan muchos avales”.
Empezaron comprando camiones de segunda mano y aquí es donde se encontraron las primeras dificultades, ya que pronto llegaron las averías y los sobrecostes de mantenimiento. Éste es uno de los motivos, nos dice José, para que de momento no se planteen hacer rutas internacionales:
“Los camiones no están preparados para rutas tan largas donde cualquier avería puede suponerte la ruina. Luego están las multas, encontrar retornos y las leyes específicas de cada país. Esto nos echa para atrás”.
De todos modos ya tienen planes para adquirir un vehículo nuevo en breve ya que, a pesar de los temores iniciales de saber cuándo iban a obtener rentabilidad, tienen claro que todos los beneficios han de servir, de momento, para crecer.
Otra de las dificultades que se han encontrado es la contratación de chóferes confiables: “Hemos tenido algunas malas experiencias con empleados que, por vernos jóvenes e inexpertos, nos han querido tomar el pelo”, afirma contundente Tania.
Después, un clásico. José también se lamenta de los pagos dilatados con los que trabajan sus clientes: “¡Es un abuso que te paguen a 70 y 90 días! Me molesta mucho financiar a empresas grandes porque eso implica que se me acabe la liquidez”.
Y hasta aquí nuestra visita a unos jóvenes sin miedo, que hace un año hablaban con timidez haciendo corrillo tras las Jornadas Formativas y que ahora se mueven por el transporte como pez en el agua. Apostaron por un sector por el que nadie hubiera apostado justo ahora y, ¡cómo es la vida!, hasta parece que no les está yendo nada mal.
Una historia muy interesante, me alegro por ellos.