La visita del papa Francisco I a Fátima, los próximos días 12 y 13 de mayo, ha generado que las fuerzas y cuerpos de seguridad del país luso vayan a tomar medidas de seguridad muy estrictas, en buena medida, debido a los terribles acontecimientos ocurridos recientemente en las grandes aglomeraciones de las capitales europeas. Por este motivo, el Consejo de Ministros de Portugal, a petición del Servicio de Extranjería, ha acordado cerrar las fronteras entre las 0 horas del 10 de mayo y las 0 horas del 14, así como pedir a la Comisión Europea la suspensión temporal del acuerdo Schengen.
No es la primera ocasión en la que Portugal decide restringir el acceso a su territorio ante un gran evento o, como en este caso, la visita de una personalidad de relevancia global. También lo hizo con motivo de la Eurocopa de fútbol en 2004 o la cumbre de la OTAN en 2010. Durante estos días, las autoridades controlaran el acceso de personas y de vehículos en los diferentes puntos fronterizos, algo que podría afectar notablemente al transporte de mercancías por carretera en forma de retrasos en las entregas o restricciones a la circulación.