España debate el futuro del peaje en sus carreteras

Las carreteras españolas son una de las principales arterias del transporte de mercancías en Europa. Por eso, todo el transporte continental se sacudió a principios de este año ante la posible implantación de un sistema de tarificación que implicaría pagar por el uso de cualquier vía de este país. Un anuncio que pilló por sorpresa al sector, máxime cuando este mismo verano finaliza la concesión de varias autopistas de peaje en ese país. 

Tras varias semanas de polémica, y después que el ex-ministro de transportes español, José Luis Ábalos, apuntara que la medida solo saldría adelante con el apoyo de todos los grupos del Parlamento, la cuestión parece haber quedado actualmente en un segundo plano, para alivio de los profesionales portugueses, que deben utilizar estas vías para llegar al resto del continente. 

Sin embargo, se sigue trabajando para implantar algún sistema de “pago por uso”, especialmente en las vías de alta ocupación. Conviene recordar que España cuenta con la mayor red de carreteras de toda la Unión Europea, concentrando a su vez el 73,5% de todas las vías gratuitas del continente. No pagar por el uso de estas vías es algo que se da por sentado, por lo que no será fácil cambiar el paradigma. 

Los sistemas de pago por carretera en Europa: peajes cerrados, viñeta o ‘Euroviñeta’ 

Los peajes son muy habituales en el resto de los países europeos, aunque los métodos sean distintos. En España, Francia o Italia rige un sistema de peaje cerrado con entradas y salidas. El importe se calcula en función de la ruta cubierta y de la categoría del vehículo.  

También encontramos la tarificación por distancia recorrida, controlada por pórticos, como en el caso de Polonia o Portugal (somos el país que más recauda de toda Europa); o por tiempo, apareciendo en este caso la figura de la “viñeta”, en la cual nos detendremos. 

Lo hacemos porque es una de las posibilidades más factibles para España, además de ser una de las más extendidas en la actualidad en otras naciones continentales. Este método, vigente en Austria y la mayoría de los países centroeuropeos, implica la adquisición de una pegatina que sirve para autorizar a los vehículos de menos de 3.500 kilos a circular de forma ilimitada por las vías de alta capacidad durante un tiempo limitado. 

Pero ¿qué sucede con los vehículos pesados? Centrándonos en el caso austriaco, todos los vehículos que sobrepasen este peso deben llevar en su parabrisas un dispositivo denominado “Go-Box”, que se carga de forma automática al pasar por un sistema de sensores instalado en las entradas y salidas de autopistas. Estos dispositivos cuestan aproximadamente 5 euros y se pueden adquirir en un gran número de puestos de puntos de venta. Parámetros como el kilometraje, el número de ejes o la contaminación atmosférica y acústica son los que determinan la tarifa final. 

La Euroviñeta, figura clave en Europa 

Otra de las soluciones que se barajan para España pensando en los vehículos pesados es la Euroviñeta. Actualmente se encuentra implantado en Dinamarca, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia y se trata de un sistema de peaje establecido para vehículos pesados de más de 12 toneladas si desean circular por determinadas infraestructuras viarias.  

La Euroviñeta se comenzó a usar por cuestiones de medio ambiente y con el objetivo de poder hacer frente a los costes derivados del uso de las infraestructuras viarias. Esto hace que el importe de las tarifas establecidas varíe en función del nivel de emisiones del vehículo y del número de ejes. En su última y reciente modificación, se ha fijado el objetivo de sustituir gradualmente la tasa calculada en función del tiempo de conducción por otros factores que recogen mejor el impacto ecológico, como la distancia o las emisiones de CO2. La reforma incluirá reglas más estrictas y de mayor alcance, así como un sistema para contrarrestar las emisiones contaminantes que resultará, tal y como se señala en la mencionada reforma de la Euroviñeta, «esencial para la descarbonización del transporte y la consecución de los objetivos climáticos». 

¿Acabará por aplicarse la Euroviñeta en España?  

Aún es pronto para saberlo, aunque desde grupos como la Asociación Española de la Carretera (AEC) ya se ha propuesto un ‘bono de movilidad’, que contemplaría la circulación libre y gratuita de todos los vehículos, para todas las redes de carreteras -excluyendo las vías de peaje- hasta 10.000 kilómetros anuales los vehículos ligeros y 50.000 kilómetros los pesados (más de 3,5 toneladas). El sistema propuesto también prevé la aplicación de gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías por la utilización de determinadas infraestructuras, cumpliéndose así a rajatabla con los dos principios que señala el director de la máxima autoridad española en materia de tráfico (la DGT), Pere Navarro, para cobrar por el uso de las vías: «quien usa paga” y “quien contamina paga».

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