Los vehículos autónomos y el medio ambiente

Aunque prácticamente todos los sectores económicos están en stand by debido a la crisis de la pandemia por coronavirus, la realidad es que hay que seguir mirando hacia adelante y, por supuesto, al futuro del sector del transporte y la logística.

Los camiones autónomos es uno de los proyectos que parece estar más cerca de hacerse realidad y, más allá de las implicaciones en los apartados de logística, transportistas, seguridad pública o la regulación de cada país, cabe preguntarse por su afectación en el medio ambiente.

Conviene empezar diciendo que solo el sector del transporte de EE.UU es responsable del 27% de los gases nocivos emitidos a la atmósfera en dicho país y representa el 5,75% de las emisiones globales. Por lo tanto, una reducción del consumo de combustible de los camiones podría tener un impacto significativamente positivo en la mitigación de dicha contaminación.

En este sentido, la conducción autónoma podría reducir las emisiones de los camiones para que fueran más eficientes, con el empleo del control de crucero, la reducción de las corrientes de aire (se podría ahorrar hasta un 4,5% de combustible para los camiones que van delante y un 10% para cada camión que va detrás) y la disminución de peso de los vehículos al poder prescindir de ciertos elementos de seguridad.

Otro dato para tener muy en cuenta, según publica un reciente estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), es que los vehículos totalmente automatizados podrían reducir significativamente el número de accidentes de tráfico. Con un 90% de vehículos autónomos en EE.UU., se estima que podrían salvarse aproximadamente 25.000 vidas cada año, con un ahorro económico anual estimado de más de 200.000 millones de dólares.

Pero todo esto viene supeditado al paso de los combustibles fósiles a la electricidad, ya que si el transporte autónomo sigue empleando derivados del petróleo no solo no se reduciría el impacto en el medio ambiente, sino que sería mucho mayor. Un informe de la ONG Transport and Enviroment advierte de que los vehículos sin conductor podrían incrementar en un 150% el tráfico, lo que equivaldría a estar en “una hora punta permanente”.

Son varios los motivos que explican este significativo crecimiento. La mayor facilidad de uso, la posibilidad de ser más productivos en los desplazamientos al trabajo o la posibilidad de que más personas se “automovilicen”, amplificarían el número de vehículos en la carretera, lo que conllevaría un aumento del 40% de las emisiones, algo insostenible para las previsiones actuales.

Teniendo en cuenta todos los puntos de vista, queda claro que aún queda camino por recorrer y que todos los pasos deberán estar coordinados para que no sean en falso. La eficiencia en los viajes y la sostenibilidad deben ser las máximas a tener en cuenta en el transporte durante los próximos años, ya sea en vehículos autónomos o manuales.

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